El proyecto desarrolla un complejo residencial de lujo ubicado en pleno centro urbano de Valencia, junto al Jardín Botánico. El perímetro próximo del edificio, además del jardín botánico, cuenta con el jardín del antiguo cauce del río Túria, el jardín de las Hespérides, y el jardín de la avenida Fernando el Católico. En la parte posterior de la parcela el alzado sur da a la Iglesia del Colegio de los Jesuitas.
El volumen residencial cuenta con una configuración de manzana de ensanche, las zonas comunes ajardinadas, semicubiertas en el interior de la manzana, retoman el concepto de jardín botánico, en esta ocasión con un gran gimnasio y piscina en la parte central.
El anteproyecto baraja una solución de fachada bastante singular, incorporando ajardinamientos integrados en la misma. Los grandes balcones zigzaguean horizontalmente en fachada generando un movimiento de aristas que se desfasa en vertical. Los acabados en piedra, hormigón blanco y vidrio acompañan el ajardinamiento vertical de los alzados.
Las fachadas interiores son continuistas con la filosofía del proyecto buscando una composición arrítmica en la disposición de sus vanos. Los núcleos de escaleras se abren con balcones ajardinados en cada nivel, sirviendo éstos a modo de miradores del jardín interior. Encontramos una referencia visual de este espacio central en el proyecto de la Estación de Atocha de Rafael Moneo.
El proyecto, insertado en céntrico tejido urbano, trata de crear una micro atmósfera para urbanitas que no quieran renunciar a ningún servicio y poder vivir rodeados de naturaleza.